*Este articulo fue escrito por el abogado Marco Mazzeschi y traducido al español por Yuu Shibata , publicado en Medium.com Título original: “DNA TESTING: CAN I USE IT FOR MY ITALIAN CITIZENSHIP?”
Hace algunos meses, he recibido una pregunta inusual… una persona decía ser descendiente de Pipino (769–811 a.C.), el hijo de Carlomagno (742–814 a.C.). Esta persona me preguntó si podría utilizar esta prueba, es decir, los resultados del DNA, para su solicitud de obtención de la ciudadanía italiana. Pipino fue proclamado el rey de Italia después de la conquista de los lombardos por su padre y coronado por el Papa Adriano I.
La ciudadanía italiana se basa en el principio de “jure sanguinis”. Esto significa que un niño que nace de una madre o padre italiano, también es ciudadano italiano, sin importar el lugar de su nacimiento. De tal modo que las personas con un antepasado italiano pueden ser elegibles para la ciudadanía italiana, dependiendo de una serie de factores, como la fecha y el lugar de nacimiento de sus padres, abuelos e incluso bisabuelos. Pues un individuo puede solicitar la ciudadanía italiana sin límite en el número de generaciones.
Sin embargo, la respuesta a la consulta sobre Pipino fue un gran NO. ¿Por qué? Vamos a ver.
Italia se unificó y se convirtió en el Reino de Italia el 17 de marzo de 1861, con la familia real de Piamonte-Cerdeña como los nuevos monarcas gobernantes de Italia.
Desde entonces, la forma actual del país también ha cambiado varias veces, debido a la anexión o pérdida de algunos territorios.
Venetia fue anexionada en 1866 luego de la derrota austriaca en la Guerra Austro-Prusiana. Los Estados Pontificios (en el centro de Italia) y Roma se anexaron en 1870. Los territorios del noreste (Trento y Trieste) se anexaron después de la Primera Guerra Mundial, junto con las ciudades de Pola (Istria) y Zara (Dalmacia). La ciudad de Fiume (en Croacia) fue anexionada solo en 1924.
Después de la Segunda Guerra Mundial, los territorios de Istria y Dalmacia y la ciudad de Fiume se perdieron y se asignaron a la ex Yugoslavia.
Italia
también ha tenido durante algún tiempo colonias como Eritrea y Somalia
(1890–1945, Etiopía (1936–1945) y Libia (1912–1945). Las personas
nacidas durante el tiempo en que estos territorios eran “italianos”
también pueden tener derecho, bajo diferentes condiciones, a la
ciudadanía italiana.
El territorio italiano no ha cambiado desde el 2
de junio de 1946 cuando cambió su estatus constitucional de monarquía a
república.
Demostrar
ser 100% italiano por descendencia (es decir, tener una madre o un
padre italiano) no es suficiente para obtener la ciudadanía italiana. De
hecho, hasta 1992 la ley italiana no permitía la doble ciudadanía. En
consecuencia, la ciudadanía se pierdía automáticamente si alguien se
naturalizaba (es decir, convertirse en ciudadano) de otro país.
La
naturalización en otro país puede ocurrir voluntariamente, es decir, un
individuo que acepta voluntariamente adquirir una segunda ciudadanía,
pero también puede ocurrir la naturalización por otros factores, que
pueden variar según las leyes del país donde el individuo se ha mudado.
Por ejemplo, en algunos países un extranjero adquiere automáticamente la
ciudadanía: (i) casándose con un nacional; (ii) haber nacido en el país
(ius soli); (iii) servir en el Ejército del Estado o trabajar para tal
gobierno; (iv) residir y vivir en un país durante un cierto número de
años.
Consecuentemente, un individuo puede encontrarse en una situación en la que adquirió una segunda ciudadanía (y, por lo tanto, perdió la italiana) incluso sin su conocimiento o voluntad. El ejemplo más reciente es la crisis de elegibilidad parlamentaria australiana, donde quince políticos fueron declarados no-elegibles por el Tribunal Superior de Australia o renunciaron previamente. De hecho, el Tribunal sostuvo que un ciudadano con doble nacionalidad, independientemente si se conocía su condición de ciudadanía, será descalificado del Parlamento a menos que la ley extranjera les impida irremediablemente renunciar a la ciudadanía extranjera y haya tomado todas las medidas razonables que se requieran para renunciar a tal ciudadanía extranjera.
Según la Ley de Ciudadanía de 1912, solo los hombres podían transferir su linaje italiano a sus descendientes, mientras que las mujeres podían no podían transmitir la ciudadanía a sus descendientes. Los principios de igualdad de género se establecieron el 1 de enero de 1948 cuando entró en vigor la Constitución italiana. Desafortunadamente, la nueva legislación no fue retroactiva, por lo que los niños nacidos de una madre italiana antes de 1948 no son automáticamente italianos.
Si creen que esto es discriminación de género, ¡no se preocupen! El Tribunal Supremo italiano está de acuerdo con ustedes.
En el año 2009, se estableció que es inconstitucional discriminar entre mujeres y hombres incluso en asuntos sobre la ciudadanía. Todos los descendientes nacidos en cualquier momento de un padre italiano o una madre italiana, son ciudadanos italianos por derecho de nacimiento.
Sin embargo, esta sentencia del 2009 no tuvo ninguna consecuencia sobre el comportamiento consular. Por lo tanto, si un individuo cae en los “casos de 1948” y presenta una solicitud de reconocimiento de la ciudadanía italiana Jure Sanguinis, los Consulados aplicarán estrictamente y únicamente la ley de nacionalidad italiana y rechazarán tal solicitud. En consecuencia, se requerirá proceder a través de un procedimiento legal en el tribunal italiano en Roma.
Hay otras formas de obtener la ciudadanía italiana. Las más comunes son por matrimonio o por naturalización a través de la residencia.
Matrimonio o unión civil (uniones para personas del mismo sexo): la ciudadanía italiana puede obtenerse por matrimonio con un ciudadano italiano. Este es un derecho de todos los cónyuges y solo se puede negar a aquellos que tengan antecedentes penales por un delito grave cometido dentro o fuera de Italia. También se puede negar a aquellos que se consideran una amenaza para la seguridad nacional y el orden público. Después del matrimonio con un ciudadano italiano, la ley italiana requiere que se deba cumplir con ciertos requisitos para que pueda obtener la ciudadanía italiana; por ejemplo, residencia legal en Italia por un período de al menos dos años, o tres años en el caso de que se viva en el extranjero (ambos términos se reducen a la mitad si la pareja tiene hijos). El matrimonio debe subsistir durante todo el proceso de solicitud de ciudadanía e incluso, recientemente se ha introducido una prueba de conocimiento del idioma italiano.
Ciudadanía italiana por residencia: Quienes residan legalmente en Italia pueden adquirir la ciudadanía italiana. El procedimiento y el tiempo varían según una serie de factores, como la nacionalidad, el tiempo que reside legalmente en Italia, el lugar de nacimiento y la nacionalidad de sus padres y abuelos. La solicitud se puede presentar: después de 1 año de residencia, para aquellos que hayan tenido la ciudadanía italiana en algún momento en el pasado; después de 3 años de residencia, para aquellos que nacieron en Italia o que tienen padres / abuelos que son ciudadanos italianos; después de 4 años de residencia, para ciudadanos de la Unión Europea (UE); después de 10 años de residencia, para ciudadanos no pertenecientes a la UE.
A menudo se ven situaciones en las que un ciudadano italiano se mudó a Estados Unidos y se naturalizó como ciudadano estadounidense antes de tener hijos. Esta situación (es decir, la adquisición de una segunda ciudadanía) causó la interrupción del linaje italiano por sangre. Por lo tanto, la ciudadanía no se transfirió automáticamente a sus descendientes.
Sin embargo, existe una posibilidad. Pues la ley italiana es bastante benevolente con todos quienes puedan demostrar de tener padres o abuelos italianos! De hecho, las personas que se encuentran dentro de esta situación todavía tienen derecho a adquirir la ciudadanía italiana al residir legalmente en Italia, con un plazo reducido de 3 años, en lugar de 10 años, con los requisitos de tener un ingreso mínimo italiano y aprobar un examen de idioma.
El procedimiento requiere que el solicitante tenga un alojamiento en Italia (puede ser un departamento / habitación alquilada) y que se registre en el Ayuntamiento local. Sin embargo, no es suficiente declarar la intención de residir en un lugar en particular: la residencia es un asunto serio en Italia y se basa en motivos reales, es decir, tal lugar debe convertirse en el principal centro de interés de la persona. Trasladar la residencia a Italia también conlleva algunas consecuencias fiscales que deben evaluarse cuidadosamente.
*Este articulo es la traducción del artículo con el título original “DNA TESTING: CAN I USE IT FOR MY ITALIAN CITIZENSHIP?”escrito por el abogado Marco Mazzeschi.
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She is a Legal Counsel and she holds a Ph.D in Law (University of Bologna). She is specialized in European Union Law and she is the Head of the Japanese Desk and Spanish Desk. She is mother tongue Japanese and Spanish and speaks fluently Italian and English.